Mi hermana pequeña y su móvil samsung con funda rosa son inseparables. En él tiene una aplicación que al parecer cuenta las calorías que come durante el día. Algo así como el infierno. Ha dejado de comer carbohidratos y todo tipo de cosas engordantes que hacen que mi vida tenga sentido como la mantequilla, el azúcar, las salsas y los pasteles de zanahoria. Mi hermana pequeña acaba de cumplir 21 años muy bien cumplidos. Aún no sabe lo guapa que es, aún no es consciente de lo que vale.
Mi hermana pequeña es la encargada de hacerme saber que los pantalones negros y la camiseta negra que he elegido no están de moda, que llevo unos botines muy poco stysish, que me he despertado con cara sapo y que tengo los pies grandes. Mi hermana pequeña es la persona que después se infiltra en mi armario out of fashion y me quita todos los básicos porque ella se ha gastado todo el presupuesto comprandose vestidos y collares multicolores más propios de una alfrombra roja que de un pueblo de 3000 habitantes.
Nuestro deporte favorito es discutir, y lo hacemos en todos los registros de voz, en cualquier momento y por cualquier cosa desde la más insustancial hasta la más importante. He perdido la cuenta de las veces que le he retirado la palabra para siempre y aún no he decidido cual de las dos es más terca.
La quiero con el mismo amor con que la odio por no reponer el papel de baño -nunca- o por esperar que la basura mute en un ser con patas que se tire a si mismo.
Mi hermana es más vaga que la chaqueta de un guardia y es capaz de pasarse el día entero durmiendo. Pero también es una de esas pocas personas honradas que hay en el mundo y que hacen que vivir en el merezca la pena. Es simple divertida y tan inocente que da miedo. Nacio un 25 de octubre en el baño de nuestra antigua casa, con una tremenda prisa por llegar y de estrenar su peculiar y encantador carácter, sus tacones, sus maleta-bolsos y sus lápices de ojos.
Antes le encantaban mis brownies pero ahora dice que no son light, o fit o aptos indistintamente y se niega a comerlos. He aprendido muchas cosas sobre cocina sana teniendo que cocinar para ella y una de las más destacables es este pastel de chocolate sin harina y sin azúcar que aunque no es la tarta sacher que a mi me hubiera gustado hacer, ni los brownies con los que ella solía soñar, ha resultado ser una tarta bastante interesante, con una textura densa y sabor intenso similares a los de un brownie. A mi hermana le ha encantado y la única pega que le hemos encontrado, y que corregiremos la siguiente vez, es que la cantidad de crema de coco que lleva, y que nos ha enamorado, debería ser el doble. Es una excelente opción para personas con dietas restringidas de todo tipo. Se podría incluso hacer una versión vegana, substituyendo los huevos por plátano o compota de manzana. Hasta las personas que no sigan dieta alguna quedarán gratamente sorprendidas con ella y es probable que nadie se de cuenta de que no lleva ni azúcar, ni harina si no lo mencionas.
Para hacer esta tarta he adapatado la receta de "spoonfool of sugar free" Espero que la probéis, y os guste.
{RECETA DE TARTA FALSA DE CHOCOLATE CON CREMA DE COCO}
INGREDIENTES
- 200 gr de almendra molida
- 50 gr (1/4 cup) de cacao puro en polvo
- 1/2 cucharadita (tsp) de bicarbonato sódico
- Una pizca de sal
- 1+1/2 tazas de dátiles tiernos
- 1/2 taza de agua
- 3 huevos (en mi caso 2 huevos y una banana pequeña machacada)*
- 2 cucharadas (tbsp) de aceite de coco
- 2 tsp de esencia de vainilla
- Ralladura de una naranja (opcional)
- 1/2 taza de nueces troceadas (opcional)
- 1/2 taza de chocolate sin azúcar troceado (opcional)
Para la crema batida de coco
- 1 lata de leche de coco o de crema de coco (muy fria)*
- 2 cucharadas de queso crema frio
- Sirope de agave al gusto (o miel, sirope de arce, estevia...)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
ELABORACIÓN
1. El día o la noche anterior. Mete la leche de coco en la nevera y pon en remojo los datiles. (Si se te olvida poner en romojo los dátiles simplemente remojalos en agua caliente un poco antes de hacer la tarta)
2. Precalienta el horno a 165ºC
3. Mezcla los ingredientes secos: almendra molida, sal, bicarbonato y el cacao.
4. Aplasta el platano en un mortero o con un tenedor hasta hacerlo puré.
5. En un procesador de alimentos tritura los dátiles con el agua hasta conseguir un crema pegajosa lo más homogénea posible.
6. Mezcla los ingredientes húmedos: bate los huevos y añade el aceite de coco, la vainilla, la ralladura de naranja, el platano machacado y remueve bien.
7. Añade el pure la crema de datil. Mezcla todo bien hasta formar una masa homogenea.
8. Vierte la mezcla de ingredientes líquidos a las de los solidos y mezcla hasta queden bien integrados. Después añade las nueces y el chocolate en trozos y remueve hasta distribuirlos bien.
9. Vierte la masa en un molde aceitado
10. Hornea durante 25-30 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro del pastel, éste salga limpio. Deja que el pastel repose y se enfrie antes de desmoldar.
11. Prepara la crema batida de coco. Con una cucharada recoge solo la crema de coco que ha quedado en la superficie procurando no añadir nada de agua que estará más al fondo. Ve echando la crema a otro bol. (El agua sobrante se puede utilizar, p.j, para hacer batidos de fruta)
12. Añade el queso crema y bate a velocidad media baja hasta que comience a montar.
13. Añade el endulzante y la esencia de vainilla y continua mezclando hasta que adquiera la consistencia parecida a la de la nata montada (no quedará tan firme como la nata ni creara picos tan pronunciados).
14. Esparce la crema de coco sobre el pastel ya frío con una espátula o un cuchillo y conserva la tarta en la nevera hasta su consumo.
NOTAS
* Puedes substituir el huevo por 1/4 de taza de puré de plátano (aproximadamente medio plátano) o 1/3 de taza de compota de manzana por cada huevo. Yo utilice tan sólo un platano porque no tenía más y la próxima vez no utilizare ninguno, creo que quedará mejor con compota de manzana porque tiene un sabor más suave y el plátano me resulta demasiado potente.
** La leche de coco light, con el porcentaje de grasa reducido, no servirá para hacer esta receta. Según tengo entendido también se vende crema de coco natural (sin azúcar) enlatada pero yo no la he encontrado. Si puedes conseguir crema de coco te facilitarás el trabajo pero deberás tener en cuenta que una lata equivaldría al doble del contenido en crema de coco que se obtiene de una lata de leche de coco.
Si como yo utilizas una lata de leche de coco deberás tener en cuenta que el resultado cambiará dependiendo de la marca que utilices. Yo he añadido el queso crema solo para crear un poco más de consistencia pero podría no ser necesario con otro tipo de leche de coco. Si ves que la crema no monta como deseas y no te preocupa añadir lácteos o calorías podrías añadir un poco de nata para mejorar la consistencia aunque siguiendo los pasos indicados no deberías tener ningún problema.
FUENTES
1. Give me some oven, Coconut Whipped Cream.
2. Spoonfull Of Sugar Free, Flourless Chocolate Cake {Made with Almonds}
3. Chef in You, Egg substitutions