Hummus, en árabe, significa literalmente "garbanzo". El nombre completo del plato que conocemos como hummus es "ḥimmaṣ bi ṭaḥīna" que significa "garbanzos con tahina" o garbanzos con pasta de sésamo. Es muy probable que lo estés pronunciando mal, por cierto, porque la hache no es muda sino aspirada, se pronuncia "jummus" y la manera tradicional de comerlo es cogiéndolo con pan de pita del recipiente que se comparte con el resto de comensales.
Además del garbanzo y la tahina los ingredientes básicos del hummus tradicional son el limón, el ajo y el aceite de oliva en cantidades variables según el gusto del cocinero y del país en el que se elabore. Además suele aderezarse con especias como el comino y el pimentón y aquello que nos gusta llamar nuestro toque personal.
Cuenta el ministro de Turismo de Líbano que en su país es un plato tan omnipresente que los camareros casi ni te preguntan si lo quieres: dan por hecho que lo vas a tomar. Tanto es así que oriente ha asistido al nacimiento de un nuevo tipo de restaurante especializado, dedicado exclusivamente a su elaboración: las hummuseras. El debate sobre cual de ellas hace el mejor hummus es tan popular allí como lo es aquí el de qué bar hace el mejor pincho de tortilla.
Aunque poco se sabe sobre su origen, y por si israelies, palestinos y libaneses no tuvieran ya suficientes guerras que atender , los tres pueblos llevan años peleándose también en el ámbito gastronómico por la paternidad del hummus.
La guerra comenzó cuando Israel empezó a exportarlo como si fuera un invento nacional propio. Entonces Líbano decidió demandar a sus vecinos por ello ante la justicia internacional. No se oponían a que el plato se denominara como una “especialidad de Oriente Próximo”, pero calificaban de “increíble” que Israel se arrogara la invención del mismo. (El comidista)
Pocos años después de que Israel consiguiera el récord Guiness del plato de hummus más grande jamás creado, Líbano, decidido a no ceder un palmo, se lo arrebató elaborando un mastodonte que duplicó en tamaño, al de sus adversarios. 10452 kilos pesó la broma que tuvo que ser elaborada por 300 cocineros a los que les sobró tiempo para hacer un árbol, bastante apañado, de decoración.
Record guiness Libarnés. 300 cocineros, 8 toneladas de garbanzos, 2 toneladas de tahina, otras 2 toneladas de zumo de limón y 70 kilogramos de aceite de oliva. |
Todo esto que parece una chiquillada de patio de colegio del estilo "eres tonto" "y tu más", es en realidad un asunto bastante serio y además de motivos políticos esconde tras los camerinos un negocio que tan solo en los Estados Unidos alcanza ya los 4000 millones de dólares y subiendo. 2/3 de las empresas que se están haciendo las maletas gracias al hummus son empresas israelíes, lo que no ayuda a calmar los ánimos de sus vecinos.
Por si fuera poco, allende los mares, el hummus también es motivo de un intenso debate y de que algunos activistas la líen gorda en los supermercados al son de Lady Gaga, contra el hummus que Sabra and Tribe ,empresa israelí, comercializa allí. El resumen de su proclama es más o menos este: "Deja de comprar, deja de comprar, Sabra and Tribe. Apoya el boicot, no compres al apartheid israelí."
Por si fuera poco, allende los mares, el hummus también es motivo de un intenso debate y de que algunos activistas la líen gorda en los supermercados al son de Lady Gaga, contra el hummus que Sabra and Tribe ,empresa israelí, comercializa allí. El resumen de su proclama es más o menos este: "Deja de comprar, deja de comprar, Sabra and Tribe. Apoya el boicot, no compres al apartheid israelí."
Está claro que el hummus levanta pasiones y pocos lo saben mejor que Trevor Graham, cineasta estadounidense autor de la película llamada "Make Hummus Not War" (Haz hummus no la guerra) donde juega con la idea de un oriente unido por los garbanzos de la discordia. Graham, optimista donde los haya, cree que el hummus podría ser el lazo de unión y la solución al conflicto entre los tres países eternamente enfrentados.
La cuestión ahora es: ¿dónde se invento de verdad el hummus? y la respuesta es: ¿quién mato a Kennedy?. Es difícil aceptar que siempre habrá preguntas que la humanidad no podrá responder. Desde las más importantes ¿de dónde vengo? ¿a dónde voy? ¿cuál es el sentido de mi vida?, hasta las más idiotas ¿Por qué " separado " se escribe todo junto y " todo junto" se escribe separado? ¿por qué apretamos las teclas del mando más fuerte cuando se le acaban las pilas?. El origen de los platos tradicionales obedece casi siempre a este tipo de categoría de pregunta sin respuesta porque cuanto más se retrocede en el tiempo más se pierde la pista y más caminos se bifurcan.
Lo que se sabe sobre el origen de este peculiar paté es que la receta más antigua encontrada hasta la fecha data del siglo XII en Egipto. El escritor israelí Meir Shalev, descubrió que ya en el libro de Ruth de la Biblia se mencionaba un tal humitz, que se utilizaba como afrodisíaco y, se especula, es un posible antepasado del hummus actual. Claudia Roden, una de las máximas autoridades de la gastronomía de Oriente Próximo, opina que es bastante probable que aquellas recetas se parecieran bien poco al hummus que conocemos hoy en día y duda que ninguna llevará tahina, limón o ajo. Roden apuesta por situar el nacimiento del hummus "moderno" algo más tarde, siglo XIX en Damasco, capital de Siria.
Una de las razones que podría explicar todo este tinglado histórico montado alrededor de un sencillo puré de garbanzos es que además de estar más bueno de lo que cabría esperar de la mezcla de un puñado de ingredientes de los más humildes es que el hummus es posiblemente una de las comidas más sanas del recetario humano. Es rico en proteínas de alta calidad y en hidratos de carbono de absorción lenta que ayudan a combatir los ataques de hambre y mantiene los niveles de azúcar en sangre gracias a su bajo valor glucémico. Por esta razón forma parte importante en las dietas de muchos deportistas además de ser ideal para personas con diabetes. Contiene además altas dosis de minerales como el hierro, fósforo, potasio, calcio y magnesio además de vitamina B, niacina, ácido fólico, tiamina y riboflavina, lo que ayuda a proteger y mejorar el estado de los diferentes órganos de nuestro cuerpo y el sistema muscular y nervioso.
A los garbanzos se le atribuyó durante mucho tiempo poderes afrodisíacos, tanto es así que se pensaba en la Edad Media, en Europa, que el consumo abusivo de esta gramínea era la causante del priapismo en los hombres. (Absolum)
Por si fuera poco se ha descubierto que el garbanzo contiene gran cantidad de triptófano, un aminoacido precursor de la serotonina, el neurotrasmisor que produce, entre otras cosas, la sensación de bienestar que tanto nos gusta. Ninguno de los momentos más felices de tu vida hubiesen sido posibles sin la presencia de la serotonina.
Hacer hummus en casa, especialmente si utilizas garbanzos de bote, es de lo más tonto que hay y no tiene ningún misterio. El único problema que yo he tenido es que me haya quedado seco pero eso se arregla añadiendo más líquido durante la marcha y con esta receta que comparto hoy no sucederá, porque si el hummus debe ser sedoso, cremoso y delicioso, este sin duda lo es. Las cantidades de los ingredientes no son del todo exactas porque dependen del gusto y del humor de cada uno y porque al ser una receta tan sencilla se pueden modificar durante la marcha sin ningún inconveniente. Incluso se pueden añadir innovaciones como el aguacate para hacer hummucate o remolacha, pimiento asado, pimentón, jalapeños... Es un plato de última hora excelente y además se puede guardar en la nevera para comerlo a lo largo de la semana como aperitivo a media tarde o llevarlo a la oficina o a clase en un tupper. Es además una excelente manera de dar de comer a ese amigo vegano que nunca tienes demasiado claro por qué sobrevive y te recuerda siempre que la mantequilla no crece en los arboles.
Espero que os guste.
Espero que os guste.