Supongo que te habrás fijado que ahora los batidos de fruta se llaman smoothies y debes saber que la culpa, como advertía Def Con Dos, es de Yoko Ono. O casi, porque fueron los hippies, allá por los strawberry fields de los sesenta, los que lo bautizaron con ese nombre tan apropiado para la época, smoothie, suavecito (o algo así).
Los smooothies son batidos de fruta fresca o congelada que suelen llevar otros ingredientes como lácteos, yogur o leche (de origen animal o vegetal); hielo, aromas e incluso verduras. Son extremadamente fáciles de hacer en casa y están tan buenos que no resulta extraño emparentarlas con los hippies porque cuesta imaginar la guerra cuando sostienes un vaso rebosante de tu smoothie favorito entre las manos.
Los smooothies son batidos de fruta fresca o congelada que suelen llevar otros ingredientes como lácteos, yogur o leche (de origen animal o vegetal); hielo, aromas e incluso verduras. Son extremadamente fáciles de hacer en casa y están tan buenos que no resulta extraño emparentarlas con los hippies porque cuesta imaginar la guerra cuando sostienes un vaso rebosante de tu smoothie favorito entre las manos.
Aunque el consumo de batidos de fruta era habitual en muchos lugares del mundo antes de que Julius Freed y Bill Hamlin revolucionaran Norteamérica con su peculiar zumo de naranja, sería justo atribuirles parte del merito del negocio millonario de los smoothies de hoy en día a estos dos bueno hombres.
La historia de Freed y Hamlin es sencilla. A los dos les gustaban mucho las naranjas. Al primero le gustaban tanto que decidió dedicar su vida a vender zumo de naranja recién exprimido en un pequeño chiringuito. Hamlin era igual de forofo pero tenía el estomago sensible y la acidez de los cítricos hacía que su estómago dejara de hablarle días enteros si lo tomaba. Incapaz de renunciar a ellas ideó la manera de domesticar el zumo y hacerlo más amable. Lo trituró junto a un poco de hielo, otro poco de leche y un toque de ingrediente secreto dando como resultado una bebida de color naranja pálido, de textura similar a la de un granizado aterciopelado y coronada con una preciosa capa de espuma blanquecina. La bebida, precursora del smoothie actual, tuvo tanto éxito en el puesto de su amigo Julius que el pequeño negocio no daba a basto para saciar a toda la gente que se acercaba exclamando: "give me an orange Julius" (dame una naranja, Julius). Esa es la razón de que aún hoy en día la bebida se conozca como "Orange Julius" y no "Orange Hamlin". A día de hoy el pequeño puesto de Julius es una cadena enorme que sirve bebidas de fruta y orange Julius incluso en Japón.
Desde entonces el arte de hacer smoothies ha madurado mucho y hoy en día los hay de todo tipo y por todas partes. Curiosamente son los de color verde los que se llevan todos los aplausos últimamente que son la única manera aceptable de comer espinacas crudas que yo conozco.
Hacer estos batidos en casa es absurdamente sencillo, de hecho, lo complicado es hacer uno malo. El trabajo ya está casi hecho si se tiene una batidora capaz de picar hielo y un dedo indice con movilidad suficiente. Con eso lo digo todo. Sin embargo creo que hay ciertas cosas que todo iniciado debería saber y que yo he aprendido a base de hacer smoothies cada vez que cambia el viento:
1. Fruta congelada vs fruta fresca. Siempre fruta congelada. El resultado es más cremoso, menos aguado y el sabor es claramente superior, más profundo e intenso.
2. El componente ácido, la lima que nunca falla. Nunca olvides añadir un poco de lima a tus smoothies, no está de adorno en la receta ni es una pijada. Puedes sustituirla por el zumo de otro cítrico como el de limón o la naranja. Parece una nimiedad, sin embargo, marcará la diferencia.
3. Los aromas. Nunca te olvides de ellos tampoco. Un toque de vainilla, una pizca de jengibre o un poco de menta son el je ne sais quoi mueve el mundo silenciosamente.
4. Los endulzantes. No son necesarios pero si eres tan golosa como yo los necesitarás. Utiliza el que más te guste, no hay fronteras, aunque ya que nos ponemos en plan sano podrías descartar el azúcar por esta vez. Hay gente que añade a todos sus smoothies un plátano porque son un endulzante natural además de que le dan a la bebida más cuerpo y cremosidad. Si te parece bien hazlo, a mi no me gusta hacerlo porque encuentro que el sabor del plátano es a veces demasiado invasivo.
5. Los lácteos. Yo suelo utilizar yogur porque tengo un problema de dependencia con el y me encanta. Sustituirlo por leche animal o vegetal no cambia mucho el resultado y es una opción abierta para todo aquel que quiera o necesite hacerlo así. Otra opción es omitirlos por completo en cuyo caso será necesario añadir algún otro líquido como agua natura, agua de coco, zumo etc.
Una vez que rompas el hielo y empieces a hacer smoothies no volverás a mirar atrás. Porque lo que pasa con los smoothies caseros es que cuesta encontrarlos mejores fuera. A mi me gustan tanto que he dedicado una cajón entero del congelador a la fruta congelada. Los hago varias veces por semana, sino más, y este que comparto hoy es mi ojito derecho, mi favorito. Fresas, arándanos, frambuesas, lima, naranja, menta, yogur y vainilla. ¿Hace falta decir algo más?. Estas son todas las teclas que hay que tocar para hacer que mi corazón salga de viaje a campos de fresas en los que todo va bien siempre y suenan los Beatles de fondo.
Espero que lo probéis y os guste tanto como a mi.
{RECETA DE SMOOTHIE STRAWBERRY FIELDS}
INGREDIENTES
- El zumo de una naranja
- El zumo de una lima
- 1 yogur natural
- 60 ml de agua de coco (opcional)
- 1 y 1/2 tazas de fresas congeladas
- 1/3 taza de arándanos congelados
- 1/3 taza de frambuesas congeladas
- 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
- 1 cucharada (al gusto) de sirope de agave (o de arce o miel u otro el endulzante de tu elección)
- Unas hojas de menta fresca
ELABORACIÓN
1. Vierte los ingredientes líquidos en el vaso de la batidora (Hacerlo en este orden facilita el trabajo de la batidora). Después añade el resto de ingredientes y tritúralo todo hasta todos lo ingredientes estén bien picados y no queden grandes trozos de fruta enteros. (Si te parece que queda demasiado espeso añade más líquido, yo suelo añadir agua de coco pero puedes sustituirlo por leche o el zumo que prefieras). Prueba y corrige el dulzor si fuera necesario.
2. Sirve mientras aún esté congelado y tenga una textura similar a la de un granizado o guárdalo en la nevera.
NOTAS
1. Las cantidades indicadas son orientativas puedes adaptarlas a tu gusto sin ningún inconveniente. En caso de que quieras utilizar fruta fresca añade además una taza de cubos de hielo o más.
2. Los arándanos y las frambuesas al ser tan pequeños se pueden congelar enteros pero las fresas es mejor congelarlas en cuartos o mitades para que la batidora pueda hacer bien su trabajo. Tienes las instrucciones de cómo congelar fresas en mi receta de helado de fresa instantáneo.
FUENTES
1. Healthy smoothie, The History of Smoothies: What Every Serious Smoothie Maker Should Know
2. Orange Julius.com
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