jueves, 30 de enero de 2014

Ratatouille o Confit Byaldi





«En muchos sentidos, el trabajo de un crítico es fácil. Arriesgamos poco porque gozamos de una posición que está por encima de los que exponen su trabajo y a sí mismos a nuestro criterio. Nos regodeamos en las críticas negativas, que son divertidas de escribir y de leer. Pero el hecho más amargo que debemos afrontar los críticos es que, a la hora de la verdad, cualquier producto mediocre tiene probablemente más sentido que la crítica en la que lo tachamos de basura.
Pero hay veces en las que un crítico realmente se arriesga en pro del descubrimiento y la defensa de algo nuevo. El mundo es hostil para los nuevos talentos y las nuevas creaciones. Lo nuevo necesita amigos. Anoche yo viví una nueva experiencia, una comida extraordinaria procedente de alguien singularmente inesperado. Afirmar que tanto la comida como el cocinero han cuestionado mis ideas preconcebidas sobre la buena cocina, sería quedarse muy corto. Me han estremecido hasta lo mas profundo.
En el pasado, nunca oculté mi desdén por el lema del Chef Gusteau: "Cualquiera puede cocinar", pero me doy cuenta de que no había comprendido realmente lo que quería decir con ello. No es que cualquiera pueda ser un gran artista, sino que los grandes artistas, pueden proceder de cualquier lugar. Resulta difícil imaginar orígenes mas humildes que los del genio que cocina hoy en Gusteau, y que, en opinión de un servidor, es nada menos que el mejor Chef de Francia.
Volveré pronto a Gusteau, hambriento de creaciones.»

Lo mejor de francia, crítica gastronómica de la Ratatouille de Remy.Por Anton Ego (Ver escena)


Ratatouille es una receta provenzal elaborada a base de diferentes hortalizas muy popular en Francia.  Su nombre completo es ratatouille niçoise. Existen diversas variantes de este plato en toda la cuenca mediterránea: Pisto en Castilla, Samfaina o Xamfaina en Cataluña, Tumbet en Mallorca, Capotana en Italia, Kaputana en Malta, Lecsó en Hungría, Imán Bayaldi en Turquía…

La Ratatouille que elabora Remy en la película esta basada en la receta del chef estadounidense Thomas Keller, que a su vez es una variciación del Confit Byaldi, inspirado en el plato turco Imán Bayaldi, del chef francés Michel Guérard. 

Lo que diferencia el Confit Byaldi de Michel Guérard de una tradicional Ratatouille es que en ella los vegetales no se fríen antes de hornearlos y se cortan en finos discos en lugar de en tacos. Guérard también eliminó los pimientos y añadió en su lugar champiñones. 

Cuando Brad Lewis, productor de la película, preguntó a Thomas Keller como prepararía una Ratatouille para el critico gastronómico más famoso del mundo, este pensó en elaborar una versión del Confit Byaldi, al que añadió dos salsas, la salsa pipérade en la base y la vinagreta, y diseñó  un plato con las verduras dispuestas en forma de acordeón.

Para hacer este plato he adaptado ligeramente la receta de Confit Byaldi de Thomas Keller publicada en el New York Times.


{RECETA DE RATATOUILLE DE REMY}

INGREDIENTES
Para la cama de Piperrada o Piperade 
  • ½ pimiento rojo 
  • ½ pimiento amarillo
  • ½ pimiento verde
  • 2 cucharadas aceite de oliva virgen
  • 2 o 3 ajos picados (al gusto)
  • 1 cebolla amarilla
  • 340 gr o 3-4 tomates pera, con su jugo. (Pueden ser de lata)
  • 2 ramitas de tomillo fresco 
  • 1 ramillete de perejil
  • 1 hoja de laurel
Para los vegetales
  • 1 calabacín en rodajas muy finas
  • 1 berenjena en rodajas muy finas
  • 1 calabacín amarillo en rodajas muy finas
  • 4 o 5 tomates pera, en rodajas muy finas
  • 2 o 3 ajos picados
  • 2 cucharadas aceite de oliva
  • Tomillo fresco
  • Sal y pimienta negra molida
  • Papel sulfurizado o papel del horno
Para la vinagreta
  • 1 cucharadita vinagre balsámico
  • 1 cucharada aceite de oliva virgen 
  • Hierbas aromáticas frescas variadas (tomillo,perifollo)
  • Sal y pimienta negra molida al gusto

PREPARACIÓN

1. Para la piperrada. Precalentamos el horno a 230°C. Cubrimos una bandeja de horno con papel de aluminio ligeramente aceitado. Limpiamos y cortamos por la mitad los pimientos. Nos deshacemos de las semillas y los depositamos sobre la bandeja con la parte cortada hacia abajo. Los sazonamos con un poco de sal y aceite y los horneamos durante 15-20 minutos, hasta que empiecen a dorarse ligeramente y la piel se les suelte. Los sacamos del horno y dejamos que se enfríen suficiente como para poder manipularlos. Los pelamos y los troceamos finamente.


2. Pelamos y picamos una cebolla y 2-3 ajos. Los añadimos a una cazuela junto con el aceite y pochamos a fuego bajo durante unos 8 minutos. No queremos dorarlos, solo ablandarlos.

3. Añadimos los tomates (pelados, sin semillas y troceados), el jugo de los tomates, el tomillo, el perejil y la hoja de laurel. Lo dejamos cocer a fuego lento durante 10-15 minutos. No queremos que se dore, buscamos una textura suave y blanda que haya perdido casi todo el líquido.


4. Añadimos a la cazuela los pimientos troceados y dejamos que se cocinen. Apagamos el fuego, apartamos las hierbas y comprobamos que el punto de sal este a nuestro gusto.

5. Reservamos 1 o 2 cucharada de la mezcla para la vinagreta y esparcimos bien el resto, sobre un molde para horno de unos 20cm.

6. Para los vegetales. Bajamos la temperatura del horno a 140-150ºC. Con ayuda de una mandolina o un cuchillo bien afilado, cortamos en rodajas lo más finas posibles, los calabacines, la berenjena y los tomates. 



7. Comenzaremos a colocar los discos por el borde exterior del molde y en sentido circular hacia el centro.


8. Cubrimos toda la superficie superponiendo los discos en orden alterno, por ejemplo: calabacín, berenjena, calabacín amarillo y tomate
.

9. Mezclamos aceite, ajo picado, hojas de tomillo, sal y pimienta y regamos por encima la mezcla.

10. Cubrimos el bol con papel de aluminio, apretando bien los bordes para que esté bien sellado. Horneamos unas 2 horas, hasta que las verduras se noten tiernas al pincharlas con un cuchillo.

11. Destapamos, subimos la temperatura del horno a a 180ºC y horneamos 30-40 minutos más. Las verduras deben estar asadas pero deben mantener su consistencia. Sacamos del horno.

12. Para la vinagreta. Combinamos en un bol, el vinagre, el aceite, las hierbas, la sal , la pimienta y la cucharadas de piperade reservadas. La usaremos para aliñar o para decorar al emplatar.

13. Servimos. Podemos emplatar en caliente colocando las verduras en forma de caracol como Remi. Para ello cogemos una porción de Ratatouille con una espátula o pala y la giramos 90º y decoramos el plato con la vinagreta. También podemos guardarlo en al nevera y servirlo frió ya que el Confit Biyaldi, como la mayoría de los Ratatouilles, mejora con el tiempo. Si quisiéramos calentarlo lo haríamos en el horno a 180ºC. Y si consideramos que hay exceso de líquido en el molde, lo pondremos a fuego medio hasta reducirlo.

NOTAS

1. Procura que los vegetales sean de tamaño similar. Será más fácil colocarlos y quedará mas bonito y uniforme.
2. Puedes batir tanto la piperrada como la vinagreta para que sus texturas queden más suaves. La vinagreta incluso la puedes omitir y aliñar, si quieres, tu Confit con vinagre balsámico en su lugar.







miércoles, 29 de enero de 2014

Cupcakes de zanahoria y piña










“Vegetables are a must on a diet. I suggest carrot cake, zucchini bread, and pumpkin pie.”
"Las verduras son imprescindibles en una dieta. Yo sugiero la tarta de zanahoria, el pan de calabacín y pastel de calabaza"
Garfield Eats His Heart Out by Jim Davis


Aunque resulte extraño usar zanahorias para hacer un postre, esta hortaliza se ha usado en pasteles y dulces desde la Edad Media, época en la que los endulzantes eran escasos y caros, mientras que la zanahoria, que contiene más azúcar que cualquier otra verdura a excepción de la remolacha azucarera, era mucho más fácil de encontrar, por lo que se usaba para elaborar dulces y postres.*

Las zanahorias de color naranja que comemos hoy en día, provienen de la variedad morada domesticada en el Asia Central, posiblemente en la actual Afganistán, durante el siglo X. No adquirieron su característico color hasta el siglo XV o XVI. Cuando la Casa de Orange-Nassau, en los Países Bajos, popularizó la variedad naranja, hoy denominada occidental,  como emblema y símbolo de la lucha por la independencia holandesa. 

Zanahorias de diferentes tipos y colores
Todos hemos escuchado alguna vez, el mito de que la zanahoria es buena para la visión. Fueron los griegos quienes comenzaron esta creencia. Y después, durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno Británico ayudo a asentarla como creencia popular, al afirmar que los pilotos británicos comían grandes cantidades de zanahorias para mejorar la visión nocturna. No hace falta ser un genio para haber advertido ya que la hortaliza no posee poderes mágicos y que la razón de las proezas de los pilotos, era otra. La zanahoria resultaba ser uno de los pocos alimentos que no escaseaban durante los años de racionamiento de la guerra. Y la visión nocturna por zanahorias resulto ser tan falsa como el hierro en las superespinacas de Popeye. Fue en esta época cuando se popularizó de nuevo el pastel de zanahoria en el Reino Unido. Y posteriormente en Estados Unidos y Europa donde la receta se fue perfeccionando hasta convertirse en el delicioso pastel que es, hoy en día.

En cuanto a los cupcakes, literalmente "tartas en taza", aunque suene muy moderno, no dejan de ser, más que pequeñas tartas, en formato individual, horneadas en cápsulas y frecuentemente adornada. A veces incluso hasta rayar lo Kitsch.


{RECETA DE CARROT CAKE CUPCAKES}

INGREDIENTES (Para 12 cupcakes)
  • 140 g de harina
  • 1 cucharadita (tsp) de bicarbonato de sodio
  • 1 cucharadita (tsp) de canela
  • 1 cucharadita (tsp) de extracto de vainilla
  • 2 huevos
  • 115 g de azúcar
  • 120 ml aceite de oliva suave (u otro aceite de sabor suave)
  • 150 g de zanahoria (pelada y rallada)
  • 140 g de piña en su jugo (picada y escurrida)
  • 5 nueces (peladas y troceadas)
Para el frosting
  • 225 gr de queso crema (frío)
  • 75 gr mantequilla (10 minutos fuera de la nevera)
  • 100 gr de azúcar glas
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla 

PREPARACIÓN

1. Precalienta el horno a 160º.

2.Tamiza la harina con la canela y el bicarbonato de sodio. Resérvalo.



3. Pela y ralla la zanahoria.

4. Trocea la piña muy bien y escurre el exceso de líquido.


5. En otro recipiente, bate los huevos con el azúcar y el aceite 3-4 minutos a velocidad alta.



6. Incorpora la harina poco a poco y con la velocidad más baja de la batidora.


7. Con ayuda de una espátula,  incorpora la piña y la zanahoria rallada. Es importante hacerlo con cuidado para que el aire que contiene la masa no se escape. Hazlo con suaves movimientos envolventes. Cuando esté bien distribuidos añade  las nueces.


8. Rellena los papelitos para cupcakes hasta 3/4 de su capacidad.




9. Hornea 20-22 minutos o hasta que adquieran un tono dorado o hasta que al insertar un palillo éste salga limpio.

10. Tras sacarlos, deja que reposen 5 minutos en la bandeja de horno y después colócalos sobre una rejilla.



11. Para el frosting de queso. Bate la mantequilla con las varillas e incorpora poco a poco el azúcar glas.


12. Cuando la mezcla esté homogénea añade el queso crema y la vainilla y bate lo justo hasta incorporalo todo. (Hay que tener cuidado y no batir en exceso pues podría tornarse demasiado líquido)

14. Mete el frosting en la nevera un rato para que se asiente bien y se endurezca un poco. Decora los cupcakes con ayuda de una manga pastelera.

Fuentes: Wikipedia pastel de zanahoria., Joy Of BakingObjetivo Cupcake



Risotto verde con espinacas, perejil y menta




"Odio la opera. Creo que debo tener el oído de madera. Por mucho que me concentre siempre me suena como un puñado de chefs italianos gritándose recetas de risotto unos a otros."

Aristóteles Onasis


Aunque la mención del risotto sea motivo de no pocos dolores de cabeza para muchos cocinillas aficionados, entre los que me incluyo, me dispongo a demostrar que la elaboración, con un alto grado de dignidad, de este famoso plato italiano es en realidad mucho más sencilla de lo que parece. El secreto está en escuchar al puñado de chefs italianos que tanto molestaron a Aristóteles y seguir sus consejos. Los resumiré brevemente:

  1. Usar el arroz adecuado. Preferiblemente redondo y con un tamaño de grano entre pequeño y medio, debido a la capacidad de estos arroces de absorber líquido y liberar almidón. En Italia, las variedades más comúnmente empleadas son Arborio, Baldo, Carnaroli, Maratelli, Padano, Roma, y Vialone Nano. Carnaroli, Maratelli y Vialone Nano se consideran las mejores (y más caras) de ellas. (Yo he pecado, no he usado ninguno de ellos, quería experimentar y saber lo que pasaba si hacía mi risotto con basmati, mi arroz favorito. El resultado ha sido mejor del que esperaba. Sólo hay que cocinarlo un poco más y aunque pierde cremosidad, sigue estando muy bueno. A pesar de que te puedan acusar de herejía).
  2. Los líquidos (caldo, agua, vino) que incorporemos al arroz, deben estar bien calientes, ya que si estuvieran fríos cortarías la cocción y los granos quedarían deshechos por fuera y duros por dentro a causa del contraste de temperatura. Vigilaremos también que el líquido que incorporemos no esté excesivamente salado, pues durante su evaporación se produce una mayor concentración de sal.
  3. Respetar los tiempos de cocción y remover con amor.
  4. Ir probando el arroz continuamente, especialmente en los últimos tiempos de cocción. Cuando veamos que el arroz esta blando por fuera y un poco duro por dentro apartarlo del fuego y dejarlo reposar unos minutos antes de su servicio.
Si conseguís seguir estos consejos es prácticamente imposible que fracaséis en el intento. Y os animo a que lo intentéis porque es una de las recetas más reconfortantes de la cocina, de esas de las que al acabarlas sientes que son tus hijos. Además con esta receta de risotto verde en especial, uno se siente como si estuviera pintando un arroz, y vuelve a la infancia, a la edad en que todavía usaba temperas, plastidecors y acuarelas. Tanto es así que yo ya estoy pensando en hacer uno rojo, otro amarillo, otro negro, morado e incluso estoy barajando distintas opciones para hacerlo azul. Quizá algún día haré un risotto arcoiris. Tiempo al tiempo.



{RECETA DE RISOTTO VERDE}

INGREDIENTES

Para el puré de hierbas:
  • 1 manojo perejil
  • 200 g espinacas frescas
  • Unas hojas de menta o hierbabuena 
  • 50 g de cebollino entero
  • 1 pizca de bicarbonato
  • Agua (de la cocción).
  • Sal
Para el arroz:
  • 100 g cebolleta picada
  • 100 g chalota picada
  • 2 dientes de ajo picados
  • 2 ramas de tomillo fresco
  • 2 dl. txakoli o vino blanco
  • 400 g de arroz de grano redondo, tipo carnaroli
  • 6 cucharadas soperas de puré de hierbas frescas
  • 50 g mantequilla en dados
  • 50 g queso parmesano
  • 0’5 l. de caldo de verduras
  • 0’5 l. de agua
  • Aceite de oliva virgen

PREPARACIÓN

Para el puré verde:
  1. Blanquear las hierbas. Para ello, dejamos preparado un bol grande que habremos llenado de agua fría y hielo. Por otra parte llenamos de agua una olla grande y llevamos a ebullición.
  2. Cuando hierva a borbotones, añadimos la sal y el bicarbonato. Dejamos que rompa a hervir otra vez.
  3. Sumergimos las  hierbas en el agua unos segundos, las sacamos y las escurrimos, con cuidado de no tirar toda el agua de la cocción porque necesitaremos 2-3 cazos para hacer nuestro puré.
  4. Metemos las hierbas escurridas en el bol que habíamos dejado preparado con hielos, así detendremos la cocción. Las dejamos unos minutos y escurrimos de nuevo.
  5. Pasamos las hierbas al baso de la batidora y añadimos un poco de agua de la cocción. Batimos hasta conseguir un puré espeso de color verde botella. Reservamos.
Para el arroz:
  1. Cubrimos el fondo de una cazuela, o sauté si tenemos, con aceite. Rehogamos en ella la cebolleta, la chalota y el ajo sazonados con sal y tomillo. 
  2. Mojamos con el txakoli o vino blanco y reducimos a seco.
  3. Incorporamos el arroz y lo salteamos unos minutos.
  4. Incorporamos el caldo poco a poco, a cacitos, según el arroz vaya absorbiendo el líquido. Removeremos contante y lentamente el arroz durante 20-25 minutos o hasta que el adquiera la consistencia deseada. 
  5. Añadimos el puré de hierbas y removemos.
  6. Fuera del fuego. Añadimos la mantequilla y el queso rallado. 
  7. Dejamos reposar y servimos.



OBSERVACIONES
1. Hierbas empleadas: podemos adaptar el tipo y cantidad de hierbas utilizadas a nuestros gustos particulares. Si la espinaca no nos apasiona podemos sustituirla por albahaca fresca por ejemplo. 
2. Para decorar podemos rallar un poco de queso por encima de nuestro risotto y decorar con nueces picadas y unas hojas de hierbabuena.



{RISOTTO NIVEL EXPERTO DE HESTON}


lunes, 27 de enero de 2014

La tarta de manzana de Carl Sagan




Recuerda, "Para poder hacer una tarta de manzana partiendo de cero debes inventar primero el universo." 
Carl Sagan 




Ruso blanco de El Nota




"Yo no soy el señor Lebowski, usted es el señor Lebowski. Yo soy El Nota, así tiene que llamarme, ¿entiende? Así o Su Notísima o Noti o El Notarino..., en fin, si no le hacen los nombres cortos." 
Jeff Lebowski a Jeffrey Lebowski

El hombre que sostiene el vaso es el personaje principal de la película "El gran Lebowski"  (1998) escrita y dirigida por los hermanos Coen. Su nombre es Jeff Lebowski, aunque el prefiere que lo llamen "El Nota". Vive en una casa de alquiler en el distrito de Venice, California, dedicado a la práctica de su particular versión de  la dolce far niente o agradable holganza.

El Nota es la personificación del hombre despreocupado. Un hombre sencillo, carente de prejuicios, dobleces ni engaños al que no parecen afectar ninguno de los problemas del mundo moderno. Su vestimenta se constituye casi en su totalidad de harapos, combinados con cangrejeras transparentes, y apenas varía de su casa a la calle. Paga un cartón de leche con un talón y es propietario de un coche que apenas si mantiene las ruedas. Al Nota le gusta fumar marihuana, tomar baños a la luz de las velas, la música de Creedence Clearwater Revival, los bolos, su alfombra, que da "ambiente a su habitación"  y los rusos blancos o caucasianos.


Este es Walter Sobchak, el mejor amigo de "El Nota". Walter es un excombatiente de la Guerra de Vietnam, que dirige su propia empresa de seguridad, "Sobchak Security". Es inestable, iracundo y propenso a solucionar los problemas amenazando con la punta de su pistola. Sigue estrictamente los principios del judaísmo, religión que adoptó al casarse con su ex-mujer. Honra el sabbat con el mismo fervor con el que recuerda a los combatientes de la Guerra de Vietnam y las reglas de los bolos.

Walter y El Nota parecen compartir únicamente el gusto por el lenguaje malsonante y su aficción por los bolos. Pero sus caracteres opuestos hacen que juntos formen una pareja de perdedores capaz de hacer reír a la persona más exigente:
" - Maldita sea, Walter: ¡Eres un puto gilipollas! Acabas convirtiendo todo en una parodia, tío. ¿Qué era esa mierda del Vietnam? ¿Y qué cojones tiene que ver este asunto con el Vietnam? ¿De qué cojones estabas hablando?"





EL DUDEÍSMO

El periodista establecido en Chiang Mai (Tailandia) Oliver Benjamin fundó en el año 2005 una religión basada en el personaje de "El Nota" o "The Dude",  llamada dudeísmo. Benjamin se hace llamar el «Dudely Lama» y su vestimenta es similar a la que usaba Bridges en la película. Su nombre oficial es The Church of the Latter-Day Dude. En el año 2010, más de 70 000 fieles habían formalizado oficialmente su adhesión al dudeísmo"





{RECETA DE RUSO BLANCO O CAUCASIANO}

INGREDIENTES
  • 1 taza de cubos de hielo
  • 30 a 45 ml (1 a 1 ½ oz) de vodka
  • 15 a 45 ml (1/2 a 1 ½ oz) Kahlua
  • Leche, nata o half and half (para llenar el vaso)

PREPARACIÓN
  1. Llenamos un vaso bajo y ancho con hielo.
  2. Vertemos el vodka en el.
  3. Añadimos el licor de café o Kahlúa.  (El licor de café se irá al fondo del vaso porque es más pesado que el vodka.)
  4. Llenamos el resto del vaso con leche o nata. 

Así es como lo hace El Nota:




  1. Sustituye el Kahlúa con un licor de café diferente, como el licor de café Kona o incluso licor de café casero.
  2. Para preparar un Bulldog Colorado, añade un toque de Coca-Cola y revuelve o mezcla en una licuadora.
  3. Para darle un giro al sabor típico del Ruso Blanco, reemplaza la crema o leche por Bailey’s (u otro licor de crema irlandesa).
  4. Para hacer un Ruso Negro no le agregues la crema o la leche.
  5. Haz un Ruso Blanco caliente agregando café recién hervido además del Kahlúa y los demás ingredientes y sírvelo en una taza. Para prepararlo, primero precalienta una taza de vidrio o de cerámica y calienta una mezcla de café y crema (o leche o mitad y mitad) en una cacerola. Lo deseable es cinco partes de café por una parte de crema. Si usas leche, emplea más cantidad de la misma que de café. Luego añade 1 onza de Kahlúa y ½ onza de vodka a la taza caliente y agrega la mezcla de café caliente. Adorna con crema batida si lo deseas.
  6. Sustituyendo las cerezas por avellanas puede darle un muy buen sabor y una apariencia clásica a la bebida.
  7. Agrega más Kahlúa si quieres un sabor a café más fuerte.
  8. Mezcla la bebida en una coctelera y sírvela en un vaso de cóctel si lo deseas. Un Ruso Blanco batido tendrá más espuma cremosa. Esta, sin embargo, no es la forma tradicional o clásica de preparar Ruso Blanco y se lo conoce como un Martini Ruso Blanco.
  9. Algunas recetas de Ruso Blanco utilizan licor de crema de cacao además de los otros ingredientes. Si lo haces de esta manera, el cóctel puede ser decorado con chocolate rallado.
  10. Termínalo con leche de almendras para obtener un ¡Ruso Chiflado!

domingo, 26 de enero de 2014

Cómo hacer dorayaki el dulce favorito del gato cósmico




Aunque muchos desalmados lo confundan con una mapache, por sus grandes ojos y su cara redonda, Doraemon es en realidad un robot con forma de gato muy singular. Para empezar antes, en el futuro, tenía orejas y era amarillo, pero un día un robot ratón se comió sus orejas, razón por la que lloró tanto que las lágrimas borraron su color amarillo y se quedó azul. También es esta la razón por la que ahora le den pánico los ratones. Además Doraemon puede viajar en el tiempo, volar con su robocóptero, y sacar cualquier chisme de su, en apariencia, pequeño bolsillo de la cuarta dimensión. 

Es un gato muy presumido y hablador que siente devoción por los dorayakis. A Doraemon no solo le gustan estos pastelitos sino que incluso su propio nombre esta inspirado en ellos: "El nombre de Doraemon se compone de la palabra Dora, que en japonés significa gong y el sufijo -emon, muy común en algunos nombres del antiguo Japón. Supongo que ya habréis adivinado que (dorayaki どら焼き) significa gong a la plancha."




El dorayaki es uno de los dulces o pasteles típicos en Japón. Consiste en dos bizcochos de forma redonda superpuestos (de elaboración similar a los pancakes anglosajones)  rellenos habitualmente de anko (pasta de judía dulce azuki). Otros rellenos típicos son el puré de boniato endulzado y la pasta de castaña. Personalmente opino que el hecho de rellenar un postre con pasta de judía suena tan mal como sabe. Y no solo hablan mis prejuicios occidentales. Tuve ocasión de probar esta extraña mezcla durante un sosegado paseo por el China Town de Londres. Entre el bullicio de la calle más oriental de la ciudad de Sherlock Holmes enseguida llamo mi atención un pequeño escaparate abarrotado de pasteles y comestibles chinos que admiré uno por uno lamentándome con cada visión más y más de no disponer de liquidez ni estómago suficiente para probarlos todos. Pero tenía que probar uno. Y la elección fue fácil. Compré  uno de los doriyakis que vi devorar tantas veces a Doraemon y que imaginaba, dulces, suaves y esponjosos. El relleno debía ser chocolate, a lo sumo mermelada. Admito que mis expectativas eran altas y que ya en el primer bocado, que fue también el último, sentí como si un sueño de mi infancia se derrumbara. Algo como esto:



Mi desconcierto fue mayúsculo. Aquello sabía a las alubias de mi abuela. Alubias en un postre. Sencillamente no encajaba. Y por eso ahora que tengo la receta me he decantado por un relleno un poco más occidental. Nutella y mermelada. 
Para hacer honor a la receta original y a Doraemon he incluido la receta del relleno de alubias. Puede además que alguien, con un paladar más abierto que el mio, se atreva con ellas. Estoy segura de que mi padre, sin ir más lejos, no tendría problema alguno con las alubias.

Para hacer los doriyaki he usado la receta de Takashi Ochiai, propietario de una de las mejores pastelerías de Barcelona, que encontré gracias al blog de el comidista. He de decir que la masa es absolutamente perfecta, sofisticada y delicada. Como si una tortita americana se hubiera tragado un algodón de azúcar. No podría ser más blanda y esponjosa y es dulce exactamente hasta donde debería serlo. Ahora bien, todo tiene un precio y encuentro que toda esa deliciosa delicadeza se paga cuando comienzas a poner las tortitas al fuego, que es sin duda el momento clave y el más complicado de la receta. A mi se me han quemado  la mitad, o más, y no porque sea especialmente torpe sino porque las tortitas tienen una habilidad de ponerse morenas extraordinaria. Las primeras tortitas hay que usarlas de entrenamiento y es casi seguro que la mejor será la última. Espero que las hagáis, porque Doraemón sabía lo que se hacía.



{DORAYAKIS DE DORAEMON}

INGREDIENTES
Para la masa
  • 200 gr de harina
  • 2 huevos
  • 150 gr azúcar
  • 60 gr de miel
  • 1/2 tsp (1,5 gr) de bicarbonato 
  • 1/2 tsp (1,5 gr) de levadura en polvo
  • 120 ml de agua
  • Aceite de girasol
Relleno para vagos
  • Crema de chocolate (nutella, nocilla...)
  • Mermelada 
  • Imaginación
Relleno de chocolate blanco con té verde  (Receta El comidista)
  • 100 cl de nata líquida para postres
  • 70 gr de azúcar
  • 100 gr de mantequilla
  • 200 gr de chocolate blanco
  • Una cucharadita de café de té verde matcha en polvo.
Relleno de judía roja confitada (Receta de ComerjaponesSe puede comprar en conserva, en tiendas especializadas, o bien elaborarlo manualmente con los siguientes ingredientes:
  • 50 gr de judía roja (azuki 小豆)
  • 50 gr de azúcar
  • 5 gr de glucosa
  • Pizca de sal


PREPARACIÓN

1. En un bol grande y con ayuda de una varilla bate los huevos. Después añade el azúcar y la miel y continua batiendo hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.


2. Disuelve el bicarbonato en el agua, añadelo a la mezcla de anterior.


3. Mezcla y tamiza la harina con la levadura. Incorpora la harina a la mezcla de huevos poco a poco y procurando que no queden grumos. La masa debe quedar esponjosa.




4. Pon a fuego medio alto una sartén antiadherente pincelada con un poco de aceite. 

5. Añade un poco de masa a la sartén usando una cuchara como medida. Cuando empiece a burbujear, dale la vuelta con cuidado.


6. Deja las tortitas en un plato para que se enfríen.

7. Unta uno de los lados de una tortita con el relleno que hayas escogido (en mi caso crema de chocolate casera y mermelada) y después pon otra tortita sobre la parte untada creando una especie de bocadillo.

8. Sirve o guardalos en la nevera bien tapados. Aguantarán bien uno o dos días.

Relleno de chocolate blanco con té verde (Receta El comidista)
1. Calienta la nata con el azúcar hasta que este se disuelva. Retira del fuego y añade la mitad de la mantequilla y el chocolate en trocitos. Cuando esté homogéneo, añade el resto de la mantequilla y sigue mezclando.
2. Incorpora el té matcha y mezcla bien.
3. Pon todo en un recipiente y enfria en la nevera.
Para el relleno de judía roja confitada (anko 餡子) (Receta de Comerjapones)
1. Pon en remojo la judía roja en bastante agua durante 12 horas.
2. Elimina un poco del agua de remojo y vierte el resto en una olla express. Pon a cocer a fuego vivo durante 35 minutos. Una vez destapado, cuela para retirar toda el agua sobrante.
3. En la misma olla, añade la glucosa y una pizca de sal. Calienta a fuego medio.
4. Incorpora el azúcar en tres tiempos. Deja cocer la soja hasta obtener una textura untuosa.