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jueves, 27 de septiembre de 2018

Crema de cuerda azul de Bridget Jones *Actualizado


 


Soltera crónica Londinense en plena crisis de los 30, llena de complejos y con tendencia a buscar consuelo en la comida, el tabaco y el alcohol, Bridget Jones es una chica corriente del siglo XXI que en un buen día decide tomar las riendas de su caos personal y escribir un diario destinado a ser famoso. Un relato ligero, divertido y sin grandes pretensiones.

Para celebrar su 32 cumpleaños, Bridget decide preparar para sus amigos un cena cuyo estudiado menú supera con creces en complejidad sus habilidades culinarias. La razón es precisamente demostrar que las tiene. El 3 de abril escribe en su diario que se ha comprado un libro de cocina maravilloso de Marco Pierre White que por fin le ha hecho comprender la diferencia entre la cocina casera y la de los restaurantes: el caldo y las salsas. El 6 de abril se va a la cama con una cazuela de caldo en el fuego. El 7 de abril abre la cacerola y descubre que ha inventado una nueva sopa, la sopa de cuerda azul. Bridget no tenía cuerda para uso culinario y por tanto improvisó con la que encontró por casa, que daba la casualidad de ser una cuerda azul y durante la noche convirtió el caldo en un brebaje con aspecto de detergente.

El destino que depara a los demás platos es similar, lo que no amedrenta a sus leales amigos, que se lo comen todo sin apenas rechistar. Incluso su Señor Darcy particular, se permite hacer un chiste sobre el tema, al afirmar que "el azul está muy bien porque hay muy poca comida azul, la verdad".



Y la pregunta es, ¿por qué querría alguien replicar tamaño desastre?. ¿Y por qué no?. En mi opinión una sopa de puerro azul cielo es el plato perfecto para una cena romántica, incluso para hacérsela a los niños o a tus amigos de mente más cuadriculada (con sentido del humor). Es un plato que no deja indiferente a nadie y las caras desencajadas al ver el engendro no tienen precio. 

Pero aunque el pasmo es una reacción que me gusta suscitar en mis comensales, la intoxicación no lo es. Y por eso he omitido el cordón y he añadido en su lugar colorante alimentario en pasta azul (que es completamente inecesario pero emocionante).

 La crema que he hecho por otra parte, es la crema de apio del chef del libro que utiliza Bridget, Marco Pierre White. Y está muy buena aunque he cambiado bastantes cosas (leed notas)

Espero que os guste.

*Este post lo compartí en el 2014 y cuatro años después he decidido renovarlo porque la primera vez hice una crema de puerro que no era fiel a la receta original y necesitaba hacerlo bien. Por otra parte el otro día se me olvidó el puchero del caldo de pollo en el fuego toda la noche. Se salvó porque el fuego estaba al mínimo. Cuando sonó el despertador olía toda la casa a sopa y salté de la cama pensando que la había liado gordisima. No fue para tanto pero con aquel caldo he hecho esta crema, creo que no podría encontrar mejor motivo para hacer de nuevo la sopa de cuerda azul que ese. 

Compartiré el proceso en vídeo en mis stories de instagram. También comparto otras recetas por allí, ¡no te las pierdas!






{RECETA DE CREMA DE APIO DE MARCO PIERRE WHITE}

INGREDIENTES

  • 1 tallo de apio + unas hojas para acompañar/decorar*
  • 1 puerro, la parte más blanca
  • 1 cebolla
  • 1 patata pequeña
  • 250 gr de apio-nabo **
  • 500 gr de nata (yo 250gr)*
  • 1 l de caldo de pollo (o pastilla y agua)
  • Aceite de oliva o mantequilla 

PREPARACIÓN

1. Corta todas las verduras en juliana fina. Pela la patata y córtala por la mitad y después en rodajas finas.

2. En una sartén amplia o en una cazuela, sofríe la cebolla el apio y el puerro. Unos 10-15 minutos. Lo ideal sería que no cojan color.



3. Mientras tanto pon otra cazuela a fuego medio con la nata la patata y el caldo y llévala a ebullición afuego medio alto.



4. Cuando el caldo esté hirviendo y las verduras listas, echa las verduras en la cazuela del caldo y deja cocinar otros diez minutos a fuego bajo. Tiene que hervir tranquilamente, si el fuego estuviera demasiado alto la nata haría que se desborde muy rápidamente creando un desastre sin remedio (nah, todo tiene remedio en esta vida)



5. Prueba la sazón y tritura todo con la batidora. Después si eres de morro fino también puedes colarlo. Y si eres una person como yo puedes echarle un poco de colorante en pasta como y vacilar a alguien.







NOTAS

* Muchas personas tiran las hojas del apio pero son perfectamente comestibles y en este caso a parte de decorar cumplen la función de realzar el sabor de la crema, puedes echar hojas sin miedo.

**El apio nabo para mi es una leyenda. No creo haberlo visto en ningún lado. Tampoco he prestado demasiada atención hasta ahora. Según parece no es de la familia del nabo por lo que no sería correcto substituirlo por éste, aunque se puede. Lo que he hecho yo es añadir más puerro y más apio. En el caso del puerro he usado uno grande y en lugar de un tallo de apio he usado unos tres.

***En general no me gusta usar mucha nata para cocinar. En este caso creo que es fundamental aunque sin la nata quedaría un puré, no tan cremoso pero bastante decente. A mi personalmente medio litro de nata me parece una exageración y le he echado la mitad por esa razón.

FUENTES

1. El diario de Bridget Jones, Película y libro
2. Marco Pierre White,  Marco Pierre White Recipe for celery soup youtube







miércoles, 26 de noviembre de 2014

Puré de calabaza al curry rojo con leche de coco al estilo tailandés {picante}




Cuando Xabi y Ana escuchan la palabra puré al preguntar por la cena se les agria la cara y se arrastran hacia la cocina como si les hubiesen atado los pies con unos grilletes muy pesados. A mis amigos de 12 y 9 años respectivamente el puré les produce sarpullido y no me creen cuando les digo que a mi me encanta. Lo que harían ellos con las calabazas que les trae su tío del huerto sería algo parecido a lo que hacen esos dos niños con las suyas. Ponerlas en fila y en exposición hasta el fin de los días.


Mi infancia fue otra. Para mi el puré representaba la paz. El único alimento a base de verdura que no terminaba en llanto y que comía sin rechistar. E incluso ahora que estoy dejando de ser aquella niña escrupulosa que fui conservo ese pacto secreto de amistad con el puré. Me gusta en casi todas sus variantes y formas y lo hago tantas veces como puedo.

Lo bueno de los purés es que además de ser saludables y estar deliciosos son extraordinariamente sencillos de hacer. De hecho un principiante en la cocina con aletas de foca en lugar de manos podría acabar haciendo un brebaje bastante respetable y terminar aficionándose a la cocina. Yo comencé mi andadura con el de calabacín de mi madre, el mejor del mundo, y a partir de ahí la cosa ha ido a más y más hasta llegar a este de calabaza tan exótico que comparto hoy. 

Lo  cierto es que rara vez sigo alguna receta cuando hago puré, suelo confiar en mi experiencia en la materia. Creo que así los hace todo el mundo y que por eso cada casa hace el puré de calabaza a su manera. Algunos lo hacen con caldo, otros con agua. Algunos lo hacen con nata, otros con leche, otros con queso. Hay quien lo anima con especias y quien se lleva las manos a la cabeza al escuchar mencionar las especias. En mi casa, desde que lo hago yo, el lema es el todo vale y por eso el puré nunca es el mismo, está, como todo en la vida, en constante periodo de prueba, en perpetuo ensayo y error. 

La razón por la que comparto este y no otro puré de los que suelo hacer es que creo que no es una receta demasiado intuitiva para gente no familiarizada con la cocina tailandesa o con la cocina exótica y que realmente es un mezcla que merece la pena probar porque funciona tan bien como un reloj suizo. Quizá aquí, a las orillas del mar cantábrico, no sea normal mezclar la calabaza con curry y con leche de coco pero normal no es el adjetivo al que debería uno aspirar. Dijo Marilyn Monroe que ella "sólo quería ser maravillosa" y yo estoy de acuerdo ¿no es acaso lo que todo el mundo quiere? ¿incluso un simple puré de calabaza?. 


Espero que reunáis la valentía, y deis una oportunidad a este puré sencillamente maravilloso de inspiración tailandesa. No os dejará indiferentes y animo especialmente a probarlo a aquellos enemigos férreos de las especias que comienzan a estornudar al mencionar el curry. Pensad en la salsa de tomate y lo mucho que mejoro cuando a alguien se le ocurrió que quizá con albahaca y orégano estaría más bueno. ¿Alguien se atreve hoy a negar que aquello fue algo menos que una idea maravillosa?

Sin más preámbulos os dejo la receta, espero que os guste.



jueves, 29 de mayo de 2014

Crema verde de guisantes, menta y albahaca




La verdad es que en mi casa no somos mucho de comer guisantes y, aunque nos gustan, lo normal es que queden relegados a lo meramente ornamental. Pero lo que sí somos, es de menta. Sobretodo yo. Yo me declaro una fan incondicional de la menta en toda su amplitud gastronómica. Especialmente cuando va unida al chocolate, como es el caso de la que es, en mi opinión, la chocolatina más perfecta de la historia, el After-Eight. Y parece ser que los ingleses dominan muy bien el arte de la menta ya que, por lo que he leído, la combinación de guisantes y menta es bastante habitual en su lluvioso reino. 

Sin embargo no fue de un inglés de quién saque esta receta, sino de un italiano. De ahí, la aromática y no menos sabrosa albahaca. Fue todo ese verde unido lo que me conquistó y me animó a probar esta crema que si bien es extraña al principio también es deliciosamente dulce, arómatica y fresca.

La cantidad de variaciones que se pueden hacer con ella es además incontable pues combina, como el guisante, prácticamente con todo. Estoy con Nicola, el autor, cuando dice que deberíamos intentar usar lo menos posible cosas como la nata, la mantequilla o la patata porque muchas veces son innecesarias y aplanan el sabor de lo que debería ser el protagonista del plato. Y creo que verdaderamente esta crema no necesita nada más, ya que es perfecta en su sencillez, sin natas y sin historias, como dice el cocinero. 

Con parte de la crema que sobrara, pensaba hacer un helado con queso mascarpone para usar de guarnición para carnes. Pero mi madre volvió hambrienta del trabajo y quedo tan entusiasmada con la crema que no dejó ni rastro de ella. Espero hacerlo algún día pero si alguien, de quienes leen esto, lo hace me gustaría mucho que me comentara el resultado. En el vídeo que he insertado al final del post, podéis ver a Nicola preparando la crema en su programa de canal cocina y en él se os ofrecen muchas otras ideas para jugar con esta crema.



{RECETA DE CREMA VERDE DE GUISANTES, MENTA Y ALBAHACA}

INGREDIENTES (para 4 personas)
  • 250 gr de guisantes
  • 1/2 manojo de albahaca
  • 1/2 manojo de menta
  • Un poco de perejil (opcional)
  • Aceite de oliva virgen
  • 2 chalotas o 1 cebolla (opcional)
  • Unas gotas de vinagre de modena
  • 1 chile (o chile picado seco, o cayena...)
  • Pan
  • Sal y pimienta (al gusto)


PREPARACIÓN

1. Llena una cazuela con agua fria y pon a cocer los guisantes junto a la menta, la albahaca y una pizca de sal.


2. Cuando rompa a hervir baja un poco el fuego y mantén la cocción durante 5 minutos más o hasta que los guisantes estén tiernos. Mientras tanto sofrie las chalotas o cebolla en un poco de aceite y vinagre (Opcional).

3. Cuando los guisantes estén listos escúrrelos y reserva la mitad del agua de cocción. Tritura los guisantes, las hierbas y las chalotas pochadas con el agua hasta obtener un puré homogéneo. Salpimenta al gusto y si prefieres que tenga una consistencia más fina cuela el puré.


4. Corta el jamón serrano en tiras y fríelas en una sartén muy caliente con un poco de aceite. En la misma sartén tuesta el pan vuelta y vuelta.

6. Sirve el puré, caliente o frío, con un chorrito de aceite,  chile picado al gusto, el jamón frito, y el pan. Adorna con hojas de albahaca troceadas y las hojas de menta más pequeñas (opcional).




NOTAS

1. Para una crema más suave añade leche, nata, queso mascarpone, queso rallado o crema agría por ejemplo.
2. Puedes utilizar tanto guisantes frescos como congelados.
3. Para darle otro toque de sabor, puedes sustituir el agua por caldo de pollo, de verdura o de carne.



lunes, 28 de abril de 2014

Suave y cremoso puré de patatas con estallidos mágicos de gominolas de lima






Piensas que el mundo es un lugar ordenado y sencillo en el que hacer un puré de patatas consiste en hervir los tuberculos y pasarlos por el pasa puré con mantequilla y leche. Sin grandes misterios. Lo tienes dominado. Pero, como siempre en esta vida, nunca falta alguien que viene a demostrar la amplitud de todo lo que ignoras, y no lo sabes.

Heston Blumenthal es una de esas personas que enseña a ver lo concido con mirada renovada. Hasta hace poco yo creía tener bajo control el arte del puré de patata pero he comprobado que no solo estaba equivocada sino que apenas sabia un rábano del asunto.

Para empezar pensaba, como tantos otros, que las mejores patatas eran las harinosas. Pero resulta que las patatas más apropiadas para hacer puré son las patatas nuevas pequeñas,  patatas céreas con menos cantidad de almidón que las otras variedades, porque demasiado almidón puede arruinar la cremosidad de un puré y convertirlo en una masa pegajosa e inmunda.

Tampoco sabía que hervirlas correctamente era un proceso de dos pasos en el que primero se sellan y después se cuecen también para mantener a raya el indeseado almidón. 

No se me había ocurrido nunca que pudiera hacerse nada con las pieles de patata y hubiera tachado de loco al que me sugiriese infusionalas. No había colado nunca el puré aunque no sea una idea tan descabellada al fin y al cabo, ya que acostumbro a hacerlo con otros. 

Y jamás hubiera pensado que la patata combinase a la perfección con gominolas de lima, a pesar de que cueste encontrar algo con lo que no combine bien. 

Este es un plato extravagante pero sencillo a la vez con el que aprender a dominar ese ingrediente tan básico como es la patata. El puré resultante es algo extraordinario y aunque yo he usado menos mantequilla de la recomendada para contentar a los comensales que cuidan su figura la cremosidad del puré no ha tenido competencia con ningún otro que haya hecho jamás y recomiendo a todo el que tenga tiempo y un toque de locura perfeccionista a probarlo porque no se arrepentirá.




{RECETA DE PURÉ DE PATATA CON GOMINOLAS DE LIMA}

INGREDIENTES
Para el puré
  • 1 kg de patatas céreas (en mi caso patatas nuevas pequeñas)
  • 240 ml de leche entera
  • 250 g de mantequilla sin sal
  • Sal
Para las gominolas de lima (opcional)
  • 200 ml de zumo y ralladura de lima (6 limas)
  • 50 g de azúcar
  • 1 cucharada colmada de agar-agar

PREPARACIÓN

1. Pelamos y cortamos las patatas.. Reservamos las mondas para más tarde.

2. Para quitar el excedente de almidón,  las ponemos en un bol debajo del chorro de agua hasta que salga limpia.


3. Cocemos las patatas en abundante agua a 72ºC durante media hora. A esta temperatura, se sellaran capturando dentro los gránulos de almidón hinchado.

4. Escurrimos las patatas y las ponemos bajo el chorro de agua fría una vez más.

5. Las cocemos en agua salada hasta que estén muy hechas, casi a punto de deshacerse, unos 20 minutos.

6. Mientras las patatas se cuecen infusionamos la leche con las pieles de patata. Para ello calentamos la leche junto a las peladuras hasta que llegue a hervir y lo dejamos reposar durante 20 minutos.


7. Escurrimos las patatas y dejamos que expulsen el vapor unos cinco minutos. Secamos el puré en un olla de con mucha superficie y a fuego muy bajo.


8. Incorporamos la mantequilla. La cantidad de mantequilla en este caso es el 25% del peso de las patatas pero podemos incrementar la cantidad hasta un 50%.

9. Machacamos las patatas y si queremos que el puré nos quede verdaderamente fino, lo pasamos por un colador.

10. Añadimos la leche infusionada que teníamos preparada.

11. Servimos.


12. Para hacer las gominolas de lima. Calentamos el zumo, la ralladura y el azúcar en una cazuela. En cuanto rompa a hervir añadimos la cucharada sopera colmada el agar-agar.  Lo mezclamos y lo dejamos hervir a fuego lento 4 minutos.


13. Colamos la gelatina y la dejamos reposar en el frigorífico, aproximadamente 2 horas.


14. Una vez cuajada, cortamos la gelatina en pequeños dados de 1 cm y los colocamos sobre el puré.


NOTAS

1. Para hacer la gelatina he usado dos sobres de agar-agar de vahiné y como se puede observar no ha sido suficiente. La gelatina no ha cuajado completamente por lo recomiendo calcular que necesitaréis más de dos sobres de estos polvos o comprarlo en bolsas de mayor tamaño.

2. En el siguiente video, minuto 05:47, podeís ver a Heston preparar su suave y cremoso puré de patatas:  Al estilo de Heston Patatas



viernes, 24 de enero de 2014

Sopa de tomate y pastel de sopa de tomate





Donde yo vivo la gente no acostumbra a juntar sopa y tomate en la misma frase. Aquí hay sopas de pollo, de cocido, de vainas, de verduras, de carne, de pescado incluso de pan. Pero por alguna extraña razón la gente no concibe la sopa de tomate. Le rompe los esquemas. 
He de confesar que me pasaba lo mismo. Hasta hace muy poco la sopa de tomate me era absolutamente indiferente. Hasta que un día, me detuve a mirar las obras de Warhol. Mire por primera vez la lata Campbell's con todos los sentidos puestos en ella e inmediatamente me di cuenta de que me faltaba uno. No sabía como sabe una sopa de tomate. Y aquello no podía seguir siendo así. La razón de que no pudiera seguir siendo así, era sencilla, tanto como la que dio Robert Indiana, al preguntarle sobre el motivo de que su amigo pintara latas. Dijo: 
"Conocía a Andy muy bien. La razón por la que pintaba latas de sopa es que le gustaba la sopa." 
Es el argumento más convincente de la historia de la cocina. Se prueban las cosas porque a otros les gustan. Y así lo hice y descubrí que al contrario de lo que pensaba, la sopa de tomate estaba cerca de ser de las mejores y más reconfortantes que haya probado nunca. Me sigue sin  fascinar la idea de pasarme 20 años de mi vida almorzando sopa, como afirmó hacerlo Warhol, y mucho menos si además es de lata., pero no dejaré de tomarla en los que me quedan y por eso animo a todo el mundo a probarla.



{RECETA DE SOPA DE TOMATE estilo JAMIE OLIVER}

INGREDIENTES
  • 2 zanahorias
  • 2 tallos de apio
  • 2 cebollas de tamaño medio
  • 2 dientes de ajo
  • Aceite de oliva
  • 2 cubos de caldo de pollo o verduras.
  • 400 gr de tomates enteros en conserva.
  • 3 tomates maduros grandes.
  • 1 manojo de albahaca fresca o una cucharada de albahaca seca.
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • 1.5 litros de agua

ELABORACIÓN
  1. Pelamos y troceamos las zanahorias, los dientes de ajo, las cebollas y el apio.
  2. Ponemos una cazuela grande a fuego medio y cubrimos el fondo con aceite de oliva.
  3. Añadimos todos los ingredientes troceados anteriormente y mezclamos con una cuchara de madera.
  4. Cocinamos durante 10-15 minutos hasta que las cebollas hayan adquirido un tono dorado y las zanahorias estén blandas pero conserven su forma.
  5. Disolvemos los cubos de caldo en 1.5 litros de agua hirviendo removemos hasta que se disuelvan y añadimos el caldo a la cazuela. Añadiremos también los tomates en lata y los frescos, incluidos los tallos verdes si los tienen, los tallos darán mucho sabor a la sopa. Removemos todo muy bien.
  6. Cuando la sopa este hirviendo bajaremos el fuego y lo dejaremos cocinar unos 10 minutos más. 
  7. Retiramos la cazuela del fuego y sazonamos con sal y pimienta. También añadimos las hojas de albahaca.
  8. Batimos todo bien con la ayuda de una batidora. A mi me gusta colar el puré, pero no es necesario.
  9. Probamos el punto de sal y servimos. 
FUENTE: JamieOliver.com




Y para los más valientes:

{RECETA DE PASTEL DE SOPA DE TOMATE}


INGREDIENTES
  • 2 huevos
  • 300 gr Azúcar 
  • 100 gr mantequilla en pomada
  • 1 tbsp/cucharada levadura química
  • 1 tsp/cucharadita pimienta dioica molida
  • 1 tsp/cucharadita bicarbonato sódico
  • 1 tsp/cucharadita canela en polvo
  • Una pizca de clavo molido 
  • 1 lata  (300 gr), de sopa de tomate
  • 300 gr de harina con levadura o self-raising flour*
  • 60 ml de agua templada 

* Self-raising flour o harina con levadura. Podemos hacerla en casa. Necesitamos:  1 y 1/2 cucharaditas de levadura química tipo Royal. 1/2 cucharadita de sal y harina todo uso hasta completar 140 gr. (1 taza-cup). 

PREPARACIÓN
  1. Precalentamos el horno a  180°C.
  2. Batimos los huevos junto con el azúcar y la mantequilla hasta que esté todo bien mezclado.
  3. Añadimos las especias (clavo, canela y pimienta), el bicarbonato y la levadura. Mezclamos.
  4. Añadimos las sopa de tomate, la harina y el agua. Batimos hasta conseguir una consistencia suave y ligera.
  5. Enharinamos un molde o pequeños moldes y vertemos en ellos nuestra mezcla.
  6. Horneamos durante 25 minutos. (Si lo hacemos en latas, como en el vídeo, 30 minutos)
  7. Sacamos del horno, dejamos enfriar y servimos.