Muffins de salvado de trigo y arándano. |
¡Que le den, somos mujeres del renacimiento! es lo que dice una amiga mía, cuando frente a una comida hipercalorica alguien menciona las perversidades que contiene, porque inevitablemente alguien lo hará. Que si tiene demasiada mantequilla, que si cuanto azúcar, que si la operación bikini etc, etc. El escenario es de sobra conocido.¡Somos mujeres del renacimiento! dijo cuando trajimos de nuestro viaje a Cantabria una cantidad considerable de mantequillosos y sin embargo exquisitos sobaos pasiegos enormes y perversos. La verdad es que en semana santa no me prive de ellos, incluso fui, al mismísimo obrador de "El macho" que se encuentra en el pequeño pueblecito de Selaya. Es ahí, según mis fuentes, donde hacen los mejores sobaos pasiegos y tras probarlos creo que mis fuentes no se equivocan. Ser una pequeña friki gastronómica tiene sus ventajas y tener la oportunidad de probar ese sobao comprado directamente en el obrador que nunca confundiré con ningún otro es sin duda, uno de ellos. Poco me importaba mientras lo degustaba la cantidad de ejercicio necesario para quemar tanta caloría vacía. Y de hecho creo que hay que ser indulgente con uno mismo de vez en cuando y dejar que la comida, incluida la mantequilla, sea una razón más por la que amar la vida.
Pero tras tanta mantequilla buscaba un dulce menos renacentista, un poco más ligero y sano, y encontré la receta perfecta en el blog Smitten Kitchen. Hablo de los muffins de salvado de la famosa cafetería Blue Sky. Que si Deb Perelman dice que son de los mejores de la gran manzana, es que lo son.
Por mucho que lo quiera, me resulta bastante complicado hacer como con los sobaos y desplazarme hasta la mismísima cafetería para comprobarlo in situ, más que nada por que me sobra un océano de por medio, así que me decidí a hacerlos yo misma en cuento leí la receta. Y puedo asegurar que si mis muffins estaban lo buenos que estaban, los de la cafetería deben de ser verdaderamente, de otro mundo.
Me han gustado tanto que los he hecho ya 4 o 5 veces. He probado a hacerlos con buttermilk o con yogur y leche. También he probado a añadir harina de avena, cambiar el salvado de trigo normal por integral, añadir estevia granulada, canela y nueces. Y las he hecho de fresa y de arándano y manzana. Nos gustaron todas ellas, de hecho llegan a duras penas a tener 3 días de vida en mi casa porque desaparecen. Pero tengo mis preferencias. Prefiero hacerlos con yogur y leche porque me resulta más cómodo y porque creo que los muffins quedan más compactos. También los prefiero con salvado integral porque les da un sabor mucho más profundo e intenso a cereal. Los muffins no deberían tener un copete como el de las magdalenas. Que lo tengan es sinónimo de que hemos batido la mezcla en exceso y eso, según los expertos, es lo último que debemos hacer. Sin embargo sí que deberían elevarse un poco. Con el salvado de trigo integral he notado que los muffins levan bastante menos, es como si les pesase más el culo, pero lo que pierden en atractivo lo ganan en sabor que se vuelve mucho más interesante y robusto lo cual es importante porque al llevar poco azúcar podrían llegar a ser insípidos. Y respecto a la fruta, es una cuestión de gusto personal ya que combinan bien con todo aunque opino que quedan mejor con más fruta que la indicada en la receta original.
Muffins de salvado de trigo y fresa . |
INGREDIENTES (Para 12 muffins)
- 315 ml (1 1/3 cups) buttermilk (o crema agria o yogur aligerado con un poco de leche)*
- 1 huevo grande
- 80 ml (1/3 cup) de aceite (vegetal, girasol, oliva...)
- 50 gr (1/4 cup) de azucar moreno
- 1 tsp (5 ml) de extracto de vainilla (y/o ralladura de citrico u otro aromatizante)
- 90 gr (1 1/2 cups) de salvado de trigo integral
- 125 gr (1 cup ) de harina
- 1 1/2 cucharadita (tsp) (8 grams) de levadura
- 1 1/2 cucharadita (tsp) (8 grams) de bicarbonato
- 1/4 cucharadita (tsp) de sal
- 2 cucharadita (tsp) (10 grams) azúcar, dividido
- 3/4 to 1 cup de fruta troceada variada (cualquiera menos cítricos y piña)
1. Prepacalentamos el horno a 220ºC y engrasamos con aceite una bandeja para 12 muffins.
2. En un bol pequeño, batimos el buttermilk, el huevo, el aceite, el azúcar moreno y la vainilla o ralladura de cítrico que prefiramos.
3. En otro bol, más grande, mezclamos los ingredientes secos: la harina, el salvado, el bicarbonato, la levadura y la sal.
4. Vertemos la mezcla de los ingredientes húmedos a la mezcla de los ingredientes secos y mezclamos solo hasta que este todo más o menos integrado pero aún un poco tosco e irregular.
5. Llenamos cada molde para muffins con 2 cucharadas de la mezcla. Y añadimos 2 cucharaditas de fruta en cada una. Espolvoreamos la fruta con uno de las cucharaditas de azúcar y echamos sobre ella lo que nos queda de mezcla, 1 cucharada sobre cada muffin más o menos. Espolvoreamos cada muffin con la otra cucharadita de azúcar.
6. Horneamos de 16 a 18 minutos, dando la vuelta a la bandeja para que conseguir un horneado uniforme.
Sabremos que están listos cuando al insertar un palillo éste salga prácticamente limpio con tan solo unas pocas migas pegadas. Es importante no hornéalos de más.
7. Cuando estén listos los sacamos del horno y los dejamos enfriar 10 minutos antes de servir.
NOTAS
*Yo utilizo dos yogures naturales y leche hasta llegar a los 315 ml. En caso de no encontrar buttermilk se puede hacer algo parecido mezclando 250 ml. de leche desnatada o semidesnatada con 1 cucharada de zumo de limón (Medida americana 15 ml.) Se deja reposar durante 10 minutos a temperatura ambiente hasta que adquiera la apariencia de leche cortada o yogur muy líquido. Para saber más sobre el buttermilk: Qué es el buttermilk en directo al paladar. Una buena alternativa vegana, según he leído, es hacer el buttermilk casero con leche de almendra o de soja.
1. Se conservan bien 3 días a temperatura ambiente y se pueden congelar.
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